El arte de escribir - Peritaciones Elena Rebollo
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El arte de escribir

Lo importante que es escribir

Hoy voy a hablar de la Grafología. Muchos dirán que no lo conocen, otros que les suena algo y algunos sí sabrán qué estudia esta práctica. En los siguientes párrafos intentaré haceros llegar un poquito de esta parte de mi profesión.

La grafología no es más que el arte que intenta averiguar por las características y particularidades de la letra, cualidades psicológicas de quien la escribe. Pretende describir la naturaleza de las emociones, el carácter, el equilibrio mental del sujeto, si padece algún tipo de enfermedad mental o física incluso, y determinar en cierta medida, la personalidad.  

Nuestro primer movimiento escritural aparece en los primeros años de la infancia, en una etapa muy temprana cuando el niño hace sus primeros garabatos, sin normas impuestas, son actos voluntarios. A pesar de ser la primera toma de contacto no puede ser analizada totalmente. 

En cambio, la escritura es una conducta reflexiva, meditada, no es posible escribir mientras realizamos otra cosa a la vez, ya que escribir, es razonar, entender, saber lo que estamos escribiendo, porque cada letra es el resultado de un pensamiento premeditado. 

En relación con esta última afirmación, cada letras es un pensamiento, Juan L. Allende del Campo dice: “ En primer lugar el acto de escribir es un acto humano; por lo tanto implica un pensamiento consciente e inconsciente en el sentido de que su contenido se va a reflejar en la escritura de manera simbólica. Desde le punto de vista del pensamiento: el elemento mínimo del pensamiento es la idea; el elemento mínimo de la escritura es la letra, cada letra es por lo tanto la manifestación simbólica inconsciente de una idea. La unión de dos ideas forma un juicio, la unión de dos letras y su conexión simboliza inconscientemente un juicio. La unión de varios juicios da lugar a un razonamiento, la unión o desunión de varias letras nos va a indicar nuestra forma de razonar”[1].

El acto de escribir implica dos tipos de actividad, nerviosa y muscular. Para que nuestra mano se deslice por el papel se necesita la intervención de numerosos músculos. Así pues, si existe una tensión muscular, la escritura será angular y brusca mientras que si por el contrario, existe una relajación constante se volverá lenta y blanda. Los músculos se activan por impulsos que provienen del sistema nervioso, se extienden y se contraen, de no existir estos impulsos no habría ningún desplazamiento. 

Es un método que a través del estudio de los rasgos gráficos en la manera de escribir, se puede llegar a descubrir la personalidad de un individuo. Existen unos géneros gráficos determinados que nos ayudarán a crear ese perfil psicológico del escribiente. Estos géneros gráficos son: dirección, inclinación, forma, orden espacial, dimensión, presión, velocidad y cohesión. Cada uno de ellos, nos darán unos aspectos que nos aportarán rasgos determinados del sujeto de estudio. 

La escritura no deja de ser una fotografía de los movimientos cerebrales y cuando decidimos escribir, se fija en el papel un gesto interior. Es la suma de diferentes gestos gráficos que provienen del cerebro. A lo largo del análisis de un manuscrito nos podemos encontrar con accidentes gráficos (temblores, tachaduras, borrones, retoques, puntos fuera de lugar, etc.). Todos ellos son elementos que ayudarán a revelar la clave del conflicto interno de ese fallo en la escritura. 

La grafología en estos últimos siglos ha ido creciendo y haciéndose un hueco dentro de las materias para el estudio del individuo a través de su grafía. No olvidemos que grafología viene del griego grafo o trazo y -logos ciencia, a pesar de las críticas que recibe por no tener un valor científico, si es una ciencia.

En post futuros nos adentraremos en profundidad en cómo determinamos esos rasgos de las personalidad a través de los géneros gráficos.

Nos vemos pronto amigos y criminales.


[1]Allende del Campo, Juan L., Grafopsicología, Madrid, 1985.

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